
Bienvenidos al blog de mi primera obra "Las Memorias de un Estudiante Cibaeño",la cual fue prohibida por el Talibán y Mercader de la Iglesia Dominicana, Agripino Núñez Collado, cuando se enteró que el Lic. José Luis Taveras, de Fermín-Taveras y Asociados, leyó varios capítulos en el aula. Razón por la cual el catedrático por más de 15 años, lo "hicieron" renunciar. Disfrutenla a plenitud. Espere pronto la próxima obra "LAS MEMORIAS DE UN ABOGADO CIBAEÑO", a publicarse en RD en el 2012.
Sunday, November 20, 2011
TUMBAPOLVO DEL COMPADRE (pag. 38)
Por David Azcona
En una semana santa, donde todos los dominicanos se dedican de lleno al recogimiento, la meditación, el recato, al estudio de las sagradas escrituras como buenos cristianos y fieles devotos de la doctrina católica, no podía dejar de pasar por la casa de mi hermano del alma y amigo entrañable, el Sr. Carlos Pichardo.
No encontrando absolutamente un alma, pensaba que todos habían partido a sus respectivos lugares de retiro, cuando divisé una nota en una de las puertas laterales de la mansión de la familia Pichardo-Pérez que contenía lo siguiente:
- "Carlitos: Pasamos a invitarte a tí y a Cristina (su novia y actual esposa), a una casa frente a la playa de Sosúa, para que disfrutes estos días con nosostros." Cristian y Michelle.
Como yo no tenía previsto ni a donde ir, ni con quien, ni mucho menos donde quedarme, se me prendió el bombillito agregándole a dicha nota: "P.S.: Por favor no olvides de llevar a tu gran amigo David Azcona, que nos cae muy bien."
Arrancando más rápido que "juyendó" a preparar mi bulto playero.
Efectivamente, al poco tiempo apareció Carlitos en mi pensión de estudiantes, un poco confundido, debido a que no entendía muy bien la invitación, pues él desconocía por completo que yo era de la intimidad de los anfitriones. Me dijo: - "David, yo no sabía que ellos te tenían en tan alta estima, pero es un pedido de ellos y te voy a llevar. Prepara tu bulto".
- "Ya está preparado." Respondí.
- "Coño, ni que tú supieras de la invitación", exclamó sorprendidamente Pichardo.
- "Uno tiene que estar preparado para cualquier situación en la vida. Vámonos". Le comenté.
Partimos rumbo a Sosúa. Una vez sobrepuestos los anfitriones a mi inesperada presencia; todo discurrió a las mil maravillas, disfrutando entre familia del hermoso día que la madre natura nos brindaba; hay poco que decir de una de las playas más exóticas que cuenta la República y el mundo; ni siquiera Tahití, Fiji ni Bora-Bora, toditas juntas, se comparan ante la inigualable belleza de la Costa Atlántica Cibaeña, donde el intrépido marinero genovés extasiado ante la presencia de dicho paraíso terrenal exclamó a viva voz que "Era la tierra más hermosa que ojos humanos hayan podido ver alguna vez".
Ahora bien, los cubanos alegan que dicha frase de Colón se refería a la Isla de Cuba y no a ninguna otra. Pero los mismos cubanos alegan en la "Historia de Cuba", que el "origen del hombre y de lo que conocemos como humanidad, salió de Cuba"..."Vaya consorte"...Sin comentarios!
No solamente se celebraba el regocijo que ofrecía la cristiandad a sus tan obedientes, creyentes, porque si así cumpliesen por lo menos con nueve de los diez mandamientos de Cristo, definitivamente este fuera un mucho mejor mundo donde vivir; pero lo especial de la ocasión era la visita de un compadre y su esposa desde Puerto Rico, al esposo de la hermana de la esposa del amigo de mi amigo y su novia, en pocas palabras, el único soltero era quien escribe.
Al crepúsculo, cuando el lánguido sol se pierde entre el horizonte del bravío océano y las rebeldes olas, donde el día comienza a ceder ante la quietud de la oscura noche, hombres y mujeres entregados al ritual del Dios Baco, nos trasladamos a la casa de madera con cierto aire victoriano donde nos esperaba lo que habría de ser un suculento almuerzo digno de un pasadía playero; reitero, lo que habría de ser, porque después de ahí, no se supo lo que pasó, ya que terminó como la fiesta de los monos, a "rabazos limpios".
Todos parados en la mesa, al momento de bendecir los alimentos, el compadre dominicano comienza un discurso de bienvenida a su contraparte puertorriqueña.
"Ave María, nene bendito!" El nativo, como todo buen "Guacaganarix", se fue en loas al boricua. Aquí les va su discurso "Guacaganirenxe":
-"Agradecido eternamente de su incondicional y larga amistad; pocas personas he conocido en mi vida que adornen tantas cualidades excelsas en un solo ser: La generosidad, honestidad, capacidad, laboriosidad, etc., etc., etc."
Mis tripas ante este político destapado no agüantaron más, y os juro ante el día de hoy que lo que dije jamás pude haberlo dicho sobrio y concienzudamente; interrumpiendo al inspirado interlocutor, compadre dominicano, setenciándolo ruda y acremente, exterioricé lo siguiente:
-"Usted lo único que es, es un gran 'Tumbapolvo' del compadre, déjese de hablar tantas vainas y vamos a comer". No bien había terminado mis palabras cuando se armó un "reperpero" entre tantos borrachos; al compadre dominicano se le fue el "jumo" de golpe y porrazo como si le hubiesen echado un cubo de agua fría por todo el cuerpo; él no podía creer lo que le habían dicho en su propia cara, ante su propia familia, en su propia mesa, ante sus propios invitados en su propia casa, y mucho menos, por alguien que se pegó como un "paracaídista" y lo acababa de conocer. Cuando el anfitrión volvió a recuperar su sentido, Carlitos hacía tiempo que me había sacado por el patio, evitando una desgracia de peores consecuencias, llevándome a un bar cercano, hasta que la tempestad volviera a su calma, para que lo esperase más tarde.
Cuando las aguas volvieron a su nivel, siendo mis excusas aceptadas por el compadre dominicano, de vuelta a la casa de playa, le pedí de favor que me dejara pasar al baño, pues no me sentía bien. El ingeniero, (compadre dominicano), me reiteró que si tenía ganas de vomitar que lo hiciera afuera de la casa por razones muy obvias. Le dije categóricamente que tan mal no me sentía y que no habría problemas. No había puesto un pie en el baño, cuando al abrir la puerta del mismo me fui en un sólo vómito por el piso entero, ya que no me dio tiempo para llegar al inodoro; y si mal me sentía por dentro, peor con el tollo que había hecho, teniendo la mala suerte que no me dio la oportunidad de limpiarlo, entrando el compadre detrás de mí, creyendo que había terminado y al ver semejante espectáculo, sólo atinó a decir:
- "Pero será de maldad que este desgraciado está arruinando mis vacaciones de Semana Santa; jamás le perdonaré a Carlitos habérmelo traído".
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